kevin hewick
> Hay una escena en verdad es un instante- en 24 hours Party People que me sorprendió cuando la ví. Tony Wilson sale, luego del suicidio de Ian Curtis, en medio de una marea de gente y un tipo lo intercepta. . Desaliñado, una especie de hippie demodé, un trovador pre punk. Cruzan dos o tres frases. Le da una cinta cassette y desaparece.
Sentado en la butaca pensé: -¡KEVIN HEWICK!
> Luego de la muerte de su cantante, el futuro de los futuros New Order era incierto. La leyenda cuenta que probaron a varios cantantes. El resultado es sabido por todos. El único registro editado de estas pruebas es Haystack, editado finalmente en un compilado llamado From Brussels with Love en Les Disques du Crepuscule y firmado por Kevin Hewick & New Order. Del resto, nadie sabe nada... o sí?
Hewick había sido soporte de varios números Factory; entre ellos a Joy División.
Grabado en junio del ´80 a manera de demo, presagia el característico sonido ceremonial de la banda. Dónde Curtis fue marcial, Hewick es expresivo. Siempre al borde de la desafinación ,una marca de fábrica.
El resultado resulta aún hoy algo atemporal e ingrávido, muy interesante. Martin Hannett el productor de la sesión, obviamente- les dijo que el resultado era horrible y que sonaban como Fairport Convention (sic). Pese a eso; todo es Hannet, líneas mínimas de teclado monofónico, el bajo puóso de Hook, todo es gélido, salvo la voz... Una bella canción, un fetiche sonoro.
La pregunta latente es:
¿cómo sería la banda hoy si la asociación hubiese continuado?
> En el ´85 comienzo a trabajar en una disquería. La mejor disquería de la ciudad. ¿Por qué? Las razones son varias.
-Resacas vinílicas importadas de tiempos de la plata ($$$) dulce (allí conseguí mis primeros de discos de Pere Ubu y Can; entre otros).
-Acceso a nueva música vía gente de una generación arriba de la mía (yo era sólo un niño). Convengamos que eran épocas en dónde encargar un disco podía derivar en meses de espera y frustración.
-La otra razón era una deck que me permitía grabar compilados increíbles en cinta cassette. Todo vinilo que pasara por mis manos, terminaba en un Sekai o similar.
Una de las personas que formaban parte de esa red de discos, de ese Club de Tobi en dónde la música fluía y circulaba era Eduardo. Su característica principal: tener el catálogo completo de Factory. Todo Factory.
Una tarde llegó a la disquería con un disco doble. A Factory Quartet (Factory 24). Cuatro caras: Durutti Column, The Royal Court & the Poor, Blurt y Kevin Hewick. Te lo dejo hasta mañana- me dijo. Preparé todo y grabé un TDK60 con tres de las caras (lo siento, Vinnie; no sé por qué lo hice así).
Lo primero que me impresionó fue Blurt, un ensamble de saxo- batería- voz (guaranteed guitar free). Evidentemente escuchó Mark Callahan a la hora de grabar The Sound Your Eyes Can Follow.
Pero lo de Kevin Hewick me dejó sin habla. Perfomance en vivo. Un tipo solo, con una guitarra eléctrica, sin efectos ni maquillaje alguno (sólo un poco de fuzz en un tema). Canta, cuenta chistes, canta, putea, pierde tres minutos explicando la historia de un tema y termina confesando que nos mintió, canta. Caos & lirismo. Mágicamente ese lado- se convirtió en un disco adictivo para mí, en uno de mis alive predilectos de todos los tiempos. Lo curioso es que el resto del universo a mi alrededor lo odiaba. Lo escuché hasta que la cinta se disolvió. No ví más a Eduardo. La aparición del Soulseek me salvó. Kevin había vuelto.
¿Qué había sido de él?
KH grabó un single más para Factory y luego recaló en Cherry Red, editando infinidad de trabajos. Aún sigue activo grabando y escribiendo.
De lo que he escuchado nada se acerca ni por casualidad a su cara en A Factory..., ni siquiera Haystack.
Sentado en la butaca pensé: -¡KEVIN HEWICK!
> Luego de la muerte de su cantante, el futuro de los futuros New Order era incierto. La leyenda cuenta que probaron a varios cantantes. El resultado es sabido por todos. El único registro editado de estas pruebas es Haystack, editado finalmente en un compilado llamado From Brussels with Love en Les Disques du Crepuscule y firmado por Kevin Hewick & New Order. Del resto, nadie sabe nada... o sí?
Hewick había sido soporte de varios números Factory; entre ellos a Joy División.
Grabado en junio del ´80 a manera de demo, presagia el característico sonido ceremonial de la banda. Dónde Curtis fue marcial, Hewick es expresivo. Siempre al borde de la desafinación ,una marca de fábrica.
El resultado resulta aún hoy algo atemporal e ingrávido, muy interesante. Martin Hannett el productor de la sesión, obviamente- les dijo que el resultado era horrible y que sonaban como Fairport Convention (sic). Pese a eso; todo es Hannet, líneas mínimas de teclado monofónico, el bajo puóso de Hook, todo es gélido, salvo la voz... Una bella canción, un fetiche sonoro.
La pregunta latente es:
¿cómo sería la banda hoy si la asociación hubiese continuado?
> En el ´85 comienzo a trabajar en una disquería. La mejor disquería de la ciudad. ¿Por qué? Las razones son varias.
-Resacas vinílicas importadas de tiempos de la plata ($$$) dulce (allí conseguí mis primeros de discos de Pere Ubu y Can; entre otros).
-Acceso a nueva música vía gente de una generación arriba de la mía (yo era sólo un niño). Convengamos que eran épocas en dónde encargar un disco podía derivar en meses de espera y frustración.
-La otra razón era una deck que me permitía grabar compilados increíbles en cinta cassette. Todo vinilo que pasara por mis manos, terminaba en un Sekai o similar.
Una de las personas que formaban parte de esa red de discos, de ese Club de Tobi en dónde la música fluía y circulaba era Eduardo. Su característica principal: tener el catálogo completo de Factory. Todo Factory.
Una tarde llegó a la disquería con un disco doble. A Factory Quartet (Factory 24). Cuatro caras: Durutti Column, The Royal Court & the Poor, Blurt y Kevin Hewick. Te lo dejo hasta mañana- me dijo. Preparé todo y grabé un TDK60 con tres de las caras (lo siento, Vinnie; no sé por qué lo hice así).
Lo primero que me impresionó fue Blurt, un ensamble de saxo- batería- voz (guaranteed guitar free). Evidentemente escuchó Mark Callahan a la hora de grabar The Sound Your Eyes Can Follow.
Pero lo de Kevin Hewick me dejó sin habla. Perfomance en vivo. Un tipo solo, con una guitarra eléctrica, sin efectos ni maquillaje alguno (sólo un poco de fuzz en un tema). Canta, cuenta chistes, canta, putea, pierde tres minutos explicando la historia de un tema y termina confesando que nos mintió, canta. Caos & lirismo. Mágicamente ese lado- se convirtió en un disco adictivo para mí, en uno de mis alive predilectos de todos los tiempos. Lo curioso es que el resto del universo a mi alrededor lo odiaba. Lo escuché hasta que la cinta se disolvió. No ví más a Eduardo. La aparición del Soulseek me salvó. Kevin había vuelto.
¿Qué había sido de él?
KH grabó un single más para Factory y luego recaló en Cherry Red, editando infinidad de trabajos. Aún sigue activo grabando y escribiendo.
De lo que he escuchado nada se acerca ni por casualidad a su cara en A Factory..., ni siquiera Haystack.
2 comentarios
cabe -
Anónimo -